Una líder que rompió los esquemas tradicionales
Paulina rompió los esquemas de las familias tradicionales quiteñas de finales de los años sesenta. No es tan difícil imaginar la cara de sorpresa que pusieron sus papás cuando les dijo que quería estudiar ingeniería comercial, en la Pontificia Universidad Católica de Quito.
“Estudiar una carrera en la universidad para las mujeres de mi generación era muy raro”
A los 22 años Paulina se graduó. Ella tenía muy claro que a partir de ese momento se independizaría de un hogar, en el que claramente no le faltaría nada a nivel económico. Por eso empezó a buscar todos los días en la sección laboral de clasificados del periódico algún trabajo con el que se sintiera identificada, alguno que le gustara, ya que, aunque muy joven, tenía la sabiduría que te dan los años: una solamente debe hacer en la vida las cosas que le gusten.
Un día vio el aviso en el que una empresa de belleza necesitaba ejecutivos de marketing, lo que había aprendido en la universidad de esta carrera la había cautivado, así que aplicó. A los pocos días la llamaron de esta compañía para trabajar en el departamento de ventas estratégicas y marketing, así empezó un viaje que la llevaría a cambiar la vida de miles de mujeres, entre ellas, la suya.
Mientras trabajaba se casó, años después se divorció. Esta ruptura le hizo entender la fuerza que tienen las mujeres para salir adelante y no depender de nadie para poder llegar a donde siempre han querido.
Luego de algunos años se volvió a casar y a los pocos años tuvo su primer y único hijo. Su madre pensó que este motivo haría que Paulina deje el trabajo y se enfoque exclusivamente a él, pero para ella esto no estaba en sus planes, estaba totalmente decidida a vivir la vida que siempre quiso, independiente y que el entorno se ajuste, si es posible, a sus propósitos. Esto no significaba, de ningún modo, desligarse de su labor como madre, todo lo contrario, estaba demostrando a su entorno, incluida su familia, que romper los paradigmas sociales también son una opción para demostrar que cuando se actúa con transparencia y honestidad hacia lo que se quiere, las cosas salen bien y la armonía de la vida entre lo familiar y lo profesional a veces se vuelve posible.
En noviembre de 2020 ingresó a Avon con el cargo de Gerenta Nacional de Ventas, en tan poco tiempo y en plena pandemia ha logrado implementar con éxito el nuevo modelo de negocio junto con las empresarias y representantes independientes.
Paulina se dio cuenta que como jefa de un grupo de mujeres empresarias de la venta directa, el coaching y la psicología eran necesarias, así que tuvo un nuevo propósito; estudiar estas carreras mientras trabajaba y aplicar sus conocimientos para entender la situación personal por los que atravesaban las integrantes de su equipo. Empezó a motivarlas, a demostrarles los beneficios de obtener sus propios ingresos, que incluso, en algunos casos, les puede permitir huir de hogares en donde haya violencia de género. Eso para ella era mucho más gratificante que un buen sueldo.
“Yo siempre les digo a las representantes que, si ellas están bien, sus hijos están bien y el país va a estar bien, ya que ellos son el futuro”
La energía y el positivismo que irradia Paulina y que las personas que la conocen pueden dar testimonio, también tienen como base el ejemplo que constantemente le dan su madre y hermano, que debido a un accidente quedó cuadripléjico hace algunos años. No hay un día en que ella le pregunte como está y él siempre, con una sonrisa, dirá que bien. Para Paulina esta respuesta, que puede parecer tan básica, ha sido un ejemplo de vida que le ha permitido siempre ver el vaso de agua medio lleno y que cualquier inconveniente o problema los pueda minimizar y evitar que la afecten.
“Tengo una madre que ha enfrentado con una valentía impresionante la situación de mi hermano, eso me demuestra una vez más la capacidad que tenemos las mujeres para superar las adversidades”
Paulina piensa que en muchos casos las mismas mujeres son las que se han buscado el vivir bajo un hogar machista, privando sus sueños de crecimiento y desarrollo personal, para esto, según ella, es indispensable que la sociedad entienda el valor que tienen las mujeres en todos los ámbitos, incluidos el laboral. Ella analiza que, desde hace aproximadamente 10 años, en el país, “la brecha en la igualdad de género a nivel laboral se ha ido cerrando, ahora cada vez más mujeres ocupan posiciones de liderazgo en las empresas, lo que ha ayudado definitivamente a que las compañías sean más exitosas y humanas”